jueves, 28 de junio de 2012

El Presbítero Antonio Sáenz

El Presbítero Antonio Sáenz 
 y el primer Cementerio Británico de Buenos Aires

Aún en su relativamente escaso conocimiento por parte del público, en general se sabe que el Presbítero Dr. Antonio María Sáenz fue el primer rector de la Universidad de Buenos Aires. Ordenado sacerdote, había nacido en esta capital un 6 de junio de 1780. Además de sus estudios de filosofía, teología y latines, se graduó en cánones y jurisprudencia, llegando a matricularse como abogado en la Real Audiencia de Charcas. Vuelto a Buenos Aires en 1805, desempeñó cátedras y oficios eclesiásticos diversos. En 1810 participó y votó por la soberanía popular en el Cabildo Abierto del 22 de mayo. También fue congresal en Tucumán en 1816 y autor del “manifiesto que ese Congreso dirigió a los pueblos. Falleció en 1825 y una avenida de esta ciudad lleva su ilustre nombre



Pero a la par que su actuación educativa y su rol patriótico en las jornadas de 1810 y de 1816, menos conocida es su decisiva intervención en la instalación del primer cementerio de disidentes de nuestro país, el cementerio protestante “del Socorro”, emplazado en terrenos linderos a la actual iglesia del Socorro en la calle Juncal. ¿Qué actuación le tocó al Presbítero Sáenz en este trámite?

En diciembre de 1820, un grupo de comerciantes británicos convocó a otros con-nacionales a efectos de encarar la compra de un terreno para enterratorio. Recordemos que no existían entonces en Buenos Aires más que “camposantos” a cargo de religiosos y donde sólo se admitía a los bautizados en la fe católica. La suerte de los disidentes, tras su muerte, era frecuentemente un hoyo en la ribera del Río de la Plata o el abandono de los despojos en la playa. Efectuado el petitorio, el Gobierno requirió el dictamen del Presbítero Sáenz en febrero de 1822 que se expresó a favor de la iniciativa.

Los fundamentos de su docta opinión manifiestan su profundo humanismo, su inclinación democrática y su concepción iusnaturalista del Derecho. Sáenz consideraba laudable el pensamiento que inspiraba la petición ya que no hallaba ningún principio católico romano que se opusieraa la inhumación decente que se debe a los cadáveres, sea cual fuere la creencia que los individuos tuvieron viviendo. Estas razones son tributarias del antiguo ius sepulchri, el derecho a la justa sepultura que rara vez se negaba en Roma.

En consecuencia, seguía Sáenz, dado que el canon impide únicamente la inhumación de protestantes en los templos católicos, en este caso, la sepultura solicitada es de rigurosa justicia y aún de rigurosa decencia pública concederla”.

Con esta sensata tolerancia, Sáenz daba el visto bueno eclesiástico a la iniciativa, abriendo cauce a las expresiones públicas y urbanas de la pluralidad de cultos en el Río de la Plata. En este aspecto, la impronta de la época rivadaviana se hace notoria y congruente con la posterior instalación de la primera colonia de agricultores escoceses protestantes en nuestro país, radicada en las tierras de Santa Catalina (hoy Lomas de Zamora) en el año 1825. En curioso sincronismo, el arquitecto a cargo de las obras edilicias en la colonia fue Richard Adams, quien años más tarde edificaría la capilla del segundo enterratorio protestante de Buenos Aires, en la calle Victoria.


Dr. Oscar Andrés De Masi
Asesor Legal de la CNMMyLH
Coordinador del Programa de
Valoración del Patrimonio funerario


martes, 19 de junio de 2012

César Augusto Rodney, primer ministro plenipotenciario EEUU

 Funerales y sepulcro de César Augusto Rodney

Desde su arribo en noviembre de 1823, César Augusto Rodney fue el primer ministro plenipotenciario destacado ante el país por el gobierno de los Estados Unidos. Para celebrar su instalación en Buenos Aires, se lo convidó con un gran banquete de quinientos comensales, el día 23 de mayo (según Antonio Zinny) o el 25 de (según José Antonio Wilde) de 1824. Pero poco habría de durar su segunda estancia rioplatense (ya en 1818 había cumplido una misión en Montevideo y en Buenos Aires): quince días después, a las seis de la mañana del 10 de junio, moría repentinamente.

Su fallecimiento fue muy lamentado a causa de la simpatía que supo ganarse en los pocos meses de su residencia porteña. El mismo día de su muerte el gobierno dictó un Decreto que lleva firmas de Las Heras y Manuel J. García disponiendo la construcción de un “monumento sepulcral” para sus restos, costeado por un fondo de “gastos discrecionales”. También se le decretaron los honores de una salva al salir el cadáver de la casa mortuoria, otra salva al ingresar al cementerio y una descarga por un batallón de Infantería a depositarse el cuerpo en el sepulcro.

Para el traslado del cuerpo se utilizó por primera vez en Buenos Aires el carruaje fúnebre de primera clase, embanderado con los pabellones cruzados, de los Estados Unidos y las Provincias Unidas del Río de la Plata. Lo acompañaban un Batallón de Infantería con cuatro piezas volantes y una escolta de húsares. Dado que Rodney pertenecía al rito presbiteriano, fue llevado al primer cementerio protestante, al lado de la iglesia del Socorro.

El cortejo llegó a las once y media de la mañana del día 12 de junio. Cumplidas las salvas decretadas por el gobierno, puesto ya el ataúd en la huesa abierta, Bernardino Rivadavia y el cónsul norteamericano se colocaron al borde. Rivadavia tomó la palabra pronunciando el elogio del difunto (que publicaron La Gaceta Mercantildel 12 de junio y el Argos del 16 de junio). En el momento de mayor dramatismo, tomó un puñado de tierra y dijo:

y tú tierra que vas a tener la gloria de cubrir estos venerados
restos, recibe también el honor de henchirte con la semilla
más fecunda de virtudes, y haz que reproduzcan iguales
héroes que inmortalicen el suelo americano…


Debe destacarse que el párrafo citado delata el marco discursivo neoclásico de Rivadavia, al emplear una metáfora de filiación fisiocrática (la semilla, etc) y al remitirse, también metafóricamente, a la etimología clásica de la palabra tumba/ túmulo, es decir, tumor/ hinchazón (el honor de henchirte).
El monumento sepulcral erigido en memoria de Rodney, también de líneas neoclásicas, se halla hoy emplazado en el perystilo de la Catedral anglicana dedicada a San Juan Bautista, en plena City de Buenos Aires [1]. 


 Dr. Oscar Andrés De Masi
Asesor legal de la CNMMyLH



[1] Fuentes:
 * Wilde, José Antonio, “Buenos Aires desde setenta años atrás”, Buenos Aires, Biblioteca de La Nación, 1917.
* Zinny, Antonio, “Estudios bigráficos”, Buenos Aires, Hachette, 1958.



Transcripción del Decreto (E.A.Kesting)
Buenos Aires, junio 10 de 1824
«El fallecimiento del señor César Augusto Rodney, ministro plenipotenciario de los Estados Unidos, ha producido en el ánimo del Gobierno de Buenos Aires, todo el sentimiento que inspira la pérdida para su país de un ciudadano distinguido; y para la América, de un celoso defensor de sus derechos, muy especialmente adherido a las Provincias Unidas del Río de la Plata. En su virtud, deseoso el Gobierno de dar un testimonio público de este sentimiento y del reconocimiento en que lo queda, ha acordado y decreta:
»1.º Se elevará un monumento sepulcral costeado por el Gobierno, donde se depositen los restos del honorable César Augusto Rodney, como una memoria de gratitud.
»2.º El costo del monumento será cubierto de los fondos destinados a gastos discrecionales del Gobierno.
»3.º Líbrense las órdenes que el cumplimiento de este decreto manda, e insértese en el Registro Oficial.
»Firma : Las Heras.
»Firma : Manuel J. García.»